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sábado, 19 de febrero de 2022

Un texto para reflexionar sobre el silencio

Dicen que el que calla: otorga. Imagino que se refieren a que en ese mutismo estoico, uno entrega la razón a aquél que planta la bandera de la verdad. Sin embargo, o al menos para mí, el silencio, es el refugio de los evolucionados emocionales. De todos aquellos que deciden guardar su certeza y no detenerse a darle de comer a alguien que intenta quitarnos energía, sacándonos pedazos de reacción negativa. Hay personas que saben que el otro está equivocado, sobre todo, cuando nos depositan responsabilidades que no nos pertenecen y con una claridad inmaculada, deciden cerrar la boca y seguir su camino. No todas las historietas que lee el otro con su subjetividad sesgada por emociones que necesita vomitarnos en la cara, merecen nuestro tiempo. Claro que no. Hay vínculos muertos, desgastados, devenidos a la nada, que pretenden retenernos de la formas que sea. Y el conflicto es una de esas maneras. Conflicto. Nos buscan para pequeñas guerras que solo viven en la cabeza de quién la necesita para tener algo de que vivir. La gente que calla, no otorga: se quiere. Mira hacia adentro, revolea los ojos, suelta un suspiro purificador de pulmones, y sabe que acá no vale la pena detenerse a hacer absolutamente nada. Por eso cierra el bolso y se va. No aclara. No contesta. No mira. No escucha. No otorga. Simplemente respira, sonríe y se va. ¿A dónde ? A veces, a sentarse con ese silencio imponente en el pecho, a la punta de un río, mirar al cielo con calma y asentir con la cabeza. Me callo porque me quiero. Me cuido porque me quiero. Me guardo porque me quiero. Me doy a mí porque me quiero. La no reacción es materia de los que superaron la necesidad de pelear con quien elige que no sea su rival. No todos merecen nuestra voz. El que calla no otorga. El que calla, la mayoría de las veces, decide vivir sin inhalar toxidades ajenas. No subestimen el silencio. Quien llegó ahí seguramente habrá hecho un camino muy profundo, que el otro intenta derribar. Por algo. Será por algo... Lorena Pronsky No Amarás.

viernes, 18 de febrero de 2022

Escucha Inspirate Radio, mi emisora online.

Hola! Les invito a escuchar Inspirate Radio, pronto habrá buena música y programación. Es mi emisora online, estén atentos a mis redes para que cuando la radio emita puedan escucharla. El reproductor para hacerlo está acá. Solo dan play y listo! Me pueden encontrar en facebook como Magalí Rossi, y en twitter e instagram como @magalacantante. Saludos. Escucha Mi Radio aquí!

lunes, 14 de febrero de 2022

Un cuento de piratas. (De mi autoría)

Un cuento de piratas.
Por Magalí Elisabet Rossi.

Era una mañana de sol,  iba en un barco que transportaba oro y especias. Viajábamos hacia los mares del sur, mares turbulentos y misteriosos.
Se decía que eran peligrosos porque estos tenían fuerte oleaje y hasta a veces había ladrones de barcos.
Pero todo iba bien,  hasta ahora había sido un viaje tranquilo, no había viento, los albatros y las gaviotas surcaban el cielo azul y el mar estaba en calma.
Hacía un mes que navegábamos. En la tripulación éramos muchos, yo estaba entre los marineros que comandaban el timón.
Pero esta tranquilidad no iba a ser duradera. Cuando cayó la noche el mar se embraveció, como si quisiera que el barco se fuera de allí y no regresara nunca. Éste se movía como un cascarón de nuez en medio de las fuertes olas salvajes. 
Casi no se podía maniobrar el timón y para colmo de males, vimos acercarse a un gran  barco cargado de hombres con espadas y diferentes armas; yo estaba desesperado ¿qué hacer? , ya nos lo habían advertido y no quisimos escuchar,  pero había que enfrentarlos y defender nuestra carga. 
A media noche cuando la luna llena parecía vigilarnos, estos hombres, llamados piratas abordaron nuestro navío y se dispusieron a arrasar con todo.
Tiempo después había desolación, la noche era oscura, había mástiles rotos, cadáveres por todas partes, nuestra carga se había ido con los piratas y yo estaba solo. Todos se habían quedado en el mar para siempre por culpa de la fatalidad y la maldad despiadada de esos hombres.