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viernes, 24 de abril de 2015

Una reflexión que les comparto sobre la ceguera

sé que es larga :) Pero, si tienen un ratito, creo que les valdría la pena leerla.
 
"BRISTOL, R.I. –
Hace ALGUNOS años, una mujer que conocí en una fiesta, ella daba clases en una escuela para ciegos, parecía confundida. "¿Puedo hacerte una pregunta?" Dijo. "¿Cómo le hablas a tus
alumnos?"
Le expliqué que los estudiantes eran ciegos , no sordos. Elevando las palmas
de sus manos hacia mí , como si para frenar aún más la incomprensión, ella
dijo: "Sí, sé que no son sordos. Pero lo que realmente quiero decir es,
¿Realmente hablas con ellos?"
Yo sabía, porque se me había hecho esta pregunta antes por personas
razonablemente inteligentes, que la mujer no sabía exactamente lo que quería
decir . Lo único que sabía era que en su mente existía una barrera
intelectual sustancial entre los ciegos y los videntes. Los ciegos podían
oír , sí. Pero, ¿pueden entender correctamente?
A lo largo de la historia y en todas las culturas, los ciegos han sido
denigrados por una serie de mitologías como esta. han sido percibidos de varias maneras como idiotas lamentables, incapaces de aprender, como maestros ingeniosos de engaño o como místicos poseídos de poderes
sobrenaturales. Uno de los mitos más persistentes sobre la ceguera es que es
una maldición de Dios por las faltas cometidas en una vida pasada, que
encubre al ciego en la oscuridad espiritual y lo hace no sólo peligroso ,
sino malvado.
La mayoría de mis estudiantes ciegos en el Instituto Internacional de
Emprendedores Sociales, International Institute for Social Entrepreneurs, en
Trivandrum, India, una filial de Braille sin Fronteras, vino del mundo en
desarrollo: Vinieron de Madagascar, Colombia, Tibet, Liberia, Ghana, Kenya,
Nepal y la India. Uno de mis estudiantes , de 27 años de edad, Sahr, perdió
la mayor parte de su vista al sarampión cuando era un niño. (Al igual que
muchos niños de zonas rurales de África Occidental, Sahr no había sido
vacunado.) Los residentes de la aldea de Sahr estaban seguros de que su
ceguera, sin duda, era el resultado de la brujería o acciones inmorales por
parte de su familia, y podía afectar negativamente a toda la aldea. Rodearon
su casa y gritaron amenazas y abusos. Confiscaron una parte considerable de
la tierra de sus padres. Con el tiempo , los ancianos decretaron que el
padre de Sahr debe llevar al niño a la selva"donde viven los demonios, y
abandonarlo allí." Los padres se negaron y huyeron de la aldea con su hijo.
Muchos de mis estudiantes tuvieron experiencias similares. Los padres de
Marco, devotos católicos colombianos, rogaron a un sacerdote el decir una
misa para que su pequeño hijo ciego muriera antes de que su existencia
trajera vergüenza y dificultades en su hogar. Los pobladores de la remota
aldea tibetana de Kyile insistieron en que ella, sus dos hermanos ciegos y
su padre ciego debían todos suicidarse porque no eran más que una carga para
los miembros videntes de la familia. Cuando, como niño en Sierra Leona,
James comenzó a ver los objetos boca abajo a causa de una enfermedad ocular,
los aldeanos estaban seguros de que estaba poseído por demonios. En estos lugares , las escuelas para niños ciegos se consideraban una
pérdida absurda de recursos y esfuerzo. Los maestros en las escuelas
normales se negaron a educarlos. Niños videntes los habían ridiculizado, los
engañaron, escupieron y les arrojaron piedras. Y cuando llegaron a la edad
de trabajar, nadie los contrató. Durante una visita al Centro de
Entrenamiento de Braille Sin Fronteras en Tíbet, conocí a los niños ciegos
que habían sido golpeados, dijeron que eran idiotas, fueron encerrados en
habitaciones por años y años y abandonados por sus padres. Estos relatos que
eran una condición normal o común en la Edad Media, tomaron lugar en los
años 1980, 1990, y 2000. Están tomando lugar ahora. Nueve de cada 10 niños
ciegos en el mundo en desarrollo todavía no tienen acceso a la educación,
muchos de ellos por la única razón de que son ciegos. Los Estados Unidos tiene una de las tasas más bajas de discapacidad visual
en el mundo, y sin embargo, la ceguera sigue siendo una de las dolencias
físicas más temidas. Incluso en este país, los ciegos son percibidos como un
pueblo aparte. Existe aversión hacia los ciegos por la misma razón de que existe la mayoría
de los prejuicios: la falta de conocimiento. La ignorancia es un potente
generador de temor. Y el miedo se desliza fácilmente en la agresión y
desprecio. Quien no haya pasado más de cinco minutos con una persona ciega
podría ser perdonado por creer,- como la mujer que conocí en la fiesta, que
hay una brecha insalvable entre nosotros y ellos. Para la mayoría de nosotros, la vista es la principal forma en que
interpretamos el mundo. ¿Cómo podemos siquiera empezar a pensar en una
conexión significativa con una persona que no puede ver? Antes de empezar a
vivir y trabajar entre la gente ciega, yo también me pregunté esto. Cada vez
que veía a una persona ciega en la calle me quedaba mirando, paralizado, con
esperanza, de un malestar vago y visceral, que no iba a tener que
comprometerme con él. En 1930, en su libro, "El Mundo de los Ciegos", Pierre
Villey, un profesor francés ciego de literatura, resumió el carnaval
espeluznante de los prejuicios y supersticiones sobre los ciegos que se
transmite de los siglos. "La persona vidente juzga a los ciegos, no por lo
que son, sino por el temor que la ceguera inspira. ... La revuelta de su
sensibilidad encarando "la más atroz de las enfermedades, llena una persona
vidente con prejuicios y da lugar a un millar de leyendas." La autora ciega,
Georgina Kleege, conferencista de la Universidad de California en Berkeley,
más concisamente escribió, "Los ciegos son, o sobrenaturales, o subhumanos,
extraños o animales."
Tomamos nuestra vista tanto dada por hecho, nos aferramos a ella de modo
servil, y estamos tan abrumados por los datos superficiales, que incluso, la
persona vidente más brillante puede tomar un largo tiempo, estúpidamente,
para reconocer lo obvio: hay, por lo general, un perfecto estado de salud,
una mente activa humana normal detrás de ese par de ojos que miran sin ver.
Christopher Hitchens llama la ceguera, "uno de los trastornos más antiguos y
más trágicos conocidos por el hombre." ¿Cómo de excluidos horriblemente, y
carentes, nos sentiríamos al perder el mundo y la forma de vida que la vista
nos lleva. La ceguera puede sucederle a cualquiera de nosotros. Yo mismo,
solía estar seguro de que preferiría morir antes que ser ciego; no podía
imaginar cómo iba a tener la fuerza para seguir adelante encarando esa
pérdida.
Y sin embargo, la gente lo hace. En 1749, el filósofo francés, Denis
Diderot, publicó una composición, " Carta sobre los ciegos para el beneficio
de los que ven", en la que describía una visita que él y un amigo hizieron a
la casa de un hombre ciego, hijo de un profesor de filosofía en la
Universidad de París. El hombre ciego se casó, tuvo un hijo, tenía muchos
conocidos, estaba versado en química y botánica, sabía leer y escribir con
un alfabeto en relieve, y se ganaba la vida destilando licores. Diderot
escribió con admiración del "buen sentido sólido" del hombre, de su orden,
de su "sorprendente memoria para sonidos" y voces , de su capacidad para
decir el peso de cualquier objeto y de cualquier vasija simplemente
sosteniéndolos en sus manos, de su capacidad para desmontar y volver a
montar las máquinas pequeñas, de su agudeza musical y de su extrema
sensibilidad a los cambios atmosféricos.
El hombre ciego , tal vez cansado de ser interrogado por Diderot y su amigo
como si fuera un animal de circo, con el tiempo les hizo una pregunta
propia. "Percibo , señores, que ustedes no están ciegos. Están asombrados de
lo que hago, ¿y por qué no tanto por lo que expreso?" Más que cualquiera de
sus habilidades sensoriales, era la autoestima del hombre ciego que
sorprendió más a Diderot. "Este hombre ciego", escribió, "se valora a sí
mismo, tanto como, y tal vez más que, nosotros los que vemos."
He aprendido de mis amigos ciegos y colegas que la ceguera no tiene por qué
seguir siendo trágica. Para aquellos que pueden adaptarse a élla, la ceguera
se convierte en un camino a una forma alterna e igualmente rica de la vida.
Una de las muchas ideas equivocadas sobre los ciegos es que tienen una mayor
audiencia, un mayor sentido del olfato y un mayor sentido del tacto que las
personas videntes. Esto no es estrictamente cierto. Su ceguera simplemente
les obliga a reconocer los regalos que siempre tuvieron, pero hasta ahora
habían ignorado en gran medida.
Hace unos años, me permití ponerme una venda en los ojos y fui llevada por
las calles de Lhasa por dos niñas ciegas tibetanas adolescentes, estudiantes
de Braille Sin Fronteras. Las chicas no habían crecido en la ciudad, y sin
embargo, la habían atravesado con facilidad, sin tropezar o perderse. Tenían
un destino específico en mente, y cada vez anunciaron: "Ahora vamos a la
izquierda" o "Ahora giramos a la derecha", me vi obligada a preguntarles
cómo sabían esto. Sus respuestas me sorprendieron , sobre todo porque las
pistas que estaban siguiendo eran, el sonido de muchos televisores en una
tienda de electrónica, el olor del cuero en una tienda de zapatos, la
sensación de empedrados de repente bajo los pies, aunque estuvieran fuera en
el abierto para que cualquiera pueda percibirlos, eran prácticamente ocultos
para mí.
Por primera vez en mi vida, me di cuenta del poco caso que puse a los
sonidos, a los olores, de hecho, a todo el mundo que se extendía más allá de
mi capacidad de ver.
El escritor francés, Jacques Lusseyran, quien perdió la vista a la edad de
8, entendió que aquellos de nosotros que tenemos la vista estamos, en cierto
modo, privados por la misma. "A cambio de todos los beneficios que trae la
vista nos vemos obligados a renunciar a otros cuya existencia ni siquiera
sospechamos."
No pretendo sugerir que hay algo maravilloso acerca de la ceguera. Sólo hay
algo maravilloso acerca de la resistencia humana, la adaptabilidad y la
osadía. Los ciegos no son más o menos místicos, estúpidos, malvados,
tristes, lamentables y engañosos que el resto de nosotros. Es sólo nuestra
ignorancia que los ha envuelto en estas prendas ridículas. Cuando Helen
Keller escribió: "Es más difícil enseñar la ignorancia que pensar en enseñar
a un hombre ciego inteligente el ver la grandeza de las Cataratas del
Niágara," ella estaba hablando, obviamente, de la elevación y la igualación
de valor del conocimiento."
Rosemary Mahoney es la autora del libro de próxima aparición
"Para beneficio de los que ven: Envíos del Mundo de los Ciegos."
"For the Benefit of Those Who See: Dispatches From the World of the Blind."
Traducido por Frida Aizenman para el Boletín Nfb_espanol-talk.

lunes, 6 de abril de 2015

Algunos consejos para padres de niños y jóvenes con discapacidad visual

¡Hola a todos! les dejo esta información que encontré en un grupo de facebook llamado Tiflo tips.
espero sea de mucha utilidad y hasta otro momento, querídos lectores!

¡Atención papás y mamás de niños y jóvenes con Ceguera o Baja Visión!
 ¿Desean que sus hijos sean más eficientes en el aprendizaje escolar, las Habilidades de la Vida Diaria o la Orientación y Movilidad¿ Esta información les puede interesar.
 ¿Sabían que mientras más descriptivos seamos ellos tendrán más elementos para conocer su entorno? Una forma de hacerlo es a través de experiencias reales preparadas para estimular el resto de sus sentidos. Es decir, mostrándoles las texturas, olores, sabores y sonidos presentes en su vida cotidiana o con los que se pudieran encontrar en un momento dado.
 Además de esto ¿Sabían que el ambiente en el cual viven y lo que les decimos constituye un factor determinante para aprender o no aprender? Conocido lo anterior veamos qué hacer y qué no hacer:
 1.-Motivémoslos a aprender más repitiéndoles frases positivas que les hagan sentir que creemos en ellos, lo cual les dará seguridad en sí mismos.
 2.-Hagámosles saber que si se equivocan al querer hacer algo nuevo para ellos no es el fin del mundo, pues nadie nace conociéndolo todo.
 3.-Si vemos que se equivocan varias veces, no subrayemos el error sino la persistencia de nuestros hijos al seguirlo intentando y ofrezcámosles alternativas de solución.
 4.-Si nosotros somos quienes les vamos a enseñar alguna tarea debemos poner en práctica además de lo ya señalado los siguientes tips para asegurar el éxito en su aprendizaje.
 5.-Haga que en el entorno donde vayan a trabajar exista un ambiente cálido y lleno de armonía, pues de esta manera se aprende mejor.
 6.-Cuide que su hijo (a) no asocie lo que aprenderá con algo estresante.
 7.-No permita que su hijo (a) asocie los momentos de aprendizaje con el enojo de usted o con un castigo.
 8.-Para enseñar a su hijo (a) no olvide tener a la mano dos materiales esenciales: una dosis abundante de paciencia y otra de amor (la misma cantidad).
 9.-Cuando se está enseñando, se recomienda no levantar la voz o gritar, no hacer expresiones de fastidio y tratar de resolver cualquier duda, pues de lo contrario estaremos haciendo que en nuestros hijos se genere estrés y así retrasaremos su aprendizaje, ya que al sentirlo su organismo va a liberar cortisol.
 El cortisol (hidrocortisona) es una hormona esteroidea, o glucocorticoide, producida por la glándula suprarrenal. Se libera como respuesta al estrés
 El cortisol es considerado la hormona del estrés pues el organismo la fabrica ante situaciones de emergencia para ayudarnos a enfrentarnos a los problemas y como menciona Cortés Romero, “Los efectos del cortisol sobre la memoria o aprendizaje están directamente relacionados con los niveles de esta hormona. Cuando los niveles de cortisol aumentan se deteriora el desarrollo de la potenciación de larga duración y se facilita el proceso sináptico contrario”, por tanto, mientras más presencia hay de dicha hormona, mayor será en nuestros hijos el problema de memoria y aprendizaje, pues se reduce el nivel de concentración además de que muchas veces cuando las Personas con Baja Visión experimentan una gran cantidad de estrés su vista tiende a disminuir por algunos momentos, lo cual en ocasiones ni ellos se percatan de que se debe a esta situación.
 ¿Cómo quiere ver a su hijo? ¿Temeroso e inseguro o feliz e independiente?
 Recuerde que cualquiera de las dos cosas dependen de usted.